Es cada vez mayor la información acerca de las múltiples funciones del calcio en los seres vivos. Es esencial para mantener la integridad de las membranas celulares al enlazar los fosfolípidos entre sí como también a proteínas de la membrana; interviene en la cementación de pectatos de calcio de la lamela media; mensajero secundario de la calmodulina que a su vez regula la actividad de muchas enzimas; cofactor de peroxidasas y amilasas; osmorregulador frente al estrés hídrico; división y elongación celular y por ende, crecimiento del tubo polínico.
A diferencia del nitrógeno, el calcio aplicado al suelo penetra muy lentamente en el perfil. Sin embargo, resulta improbable que se originen deficiencias por una baja concentración de éste en el suelo, más bien, se puede producir una baja absorción por la fruta en crecimiento por un problema de redistribución en el árbol.
La cantidad de calcio intercambiable en el suelo no determina la disponibilidad de éste para las plantas, más trascendente resultan el grado de saturación del complejo de cambio, el tipo de coloide y la naturaleza de los otros cationes adsorbidos a la micela. De este modo, una arcilla trilaminar requiere un grado de saturación más alto que una arcilla bilaminar para proveer de cantidades de calcio equivalentes para la planta
El calcio interceptado por las raíces no es capaz de ingresar a la vía simplástica. Su absorción sólo se posibilita en los ápices de raicillas que aún no han formado la zona suberizada de las células de la endodermis, por lo que resulta vital en la absorción del calcio la presencia de raicillas nuevas.
El calcio se mueve en el árbol a través del torrente xilemático, impulsado por la energía de la transpiración de las hojas y de los puntos de crecimiento. La mayor cantidad de este elemento se concentra en las hojas, mientras que la fruta acumula una muy reducida proporción. Un palto con excesivos crecimientos de ramillas podría acumular el calcio para las ramillas y hojas en detrimento de la fruta que resulta un débil competidor.
El calcio es uno de los minerales más determinantes en la calidad de la fruta. En la palta se ha observado que la concentración de calcio se relaciona positivamente con la mayor resistencia de las membranas celulares a la degradación, lo que implica una vida de postcosecha más larga. Bajas concentraciones de calcio revelan una considerable desorganización de las paredes celulares.
La evolución de la concentración del calcio en la fruta desde cuaja a lo largo de la estación de crecimiento. Un rápido incremento de la concentración de calcio se produce hasta la 6ª semana después de cuaja, seguido de un abrupto descenso conforme la fruta crece, hasta la semana 11ª. La variedad y el vigor del árbol pueden afectar la magnitud del peak de acumulación. Un palto vigoroso acumula menos calcio en la fruta que un palto no vigoroso, como también, la variedad Fuerte acumula menos calcio que la variedad Hass. El peak de absorción de calcio sucede en la 7ª semana después de cuaja y sería un periodo crítico para la acumulación que se extiende hasta los dos primeros meses del crecimiento del fruto debido a que en esta etapa la relación superficie/volumen es muy alta, favoreciendo la transpiración y por ende la absorción de calcio.
La concentración de calcio en la fruta varía grandemente según la variedad y el vigor del árbol. Así para paltos cv. Hass oscila entre 1.650 y 1.300 ppm, para fruta proveniente de árboles no vigorosos y vigorosos, respectivamente. Otros investigadores sostienen que para paltas cv. Hass reportan contenidos de calcio entre 224 y 470 ppm; 180 ppm en paltos cv. Fuerte vigorosos.
La exposición de la fruta al sol durante su desarrollo en el árbol puede afectar la distribución del calcio en la fruta. Entre 353 hasta 563 ppm de calcio se ha observado en palta cv. Hass creciendo sombreada y asoleada, respectivamente.
Dentro de la misma palta también se ha observado una distribución desuniforme del calcio, preferentemente en la zona de mayor concentración de haces vasculares cercano al pedúnculo y menor en el extremo distal.
Existe una relación positiva entre la síntesis de auxinas (AIA), en los puntos de crecimiento que favorece la atracción y acumulación del calcio en ellos. En paltos cv. Fuerte se ha observado que cierta proporción del calcio distribuido en las diferentes partes del árbol está determinada por el movimiento basipétalo del AIA. Sumado al efecto de la baja transpiración de la fruta, éstas son pobres exportadoras de AIA y consecuentemente, son más débiles que los crecimientos vegetativos en la absorción del calcio. Precisamente estas relaciones hormonales y de vigor sería severamente afectadas por las aplicaciones vía drench o riego de reguladores de crecimiento tales como Sunny o Cultar, por lo que esta fruta tendría menor concentración de calcio al provenir de árboles afectados en los diámetros de vasos conductores de agua como el xilema de la temporada en curso o de temporadas pasadas.
La posición de la fruta en el árbol también afecta la distribución del calcio. La fruta que crece asoleada puede alcanzar temperaturas de pulpa de 35 a 45ºC fácilmente durante tres o cuatro meses de la temporada de crecimiento, generando altas tasas de transpiración para la fruta. Así se favorece un mayor suministro de calcio, magnesio y potasio, minerales que son traslocados desde la absorción de las raíces por el flujo xilemático. En cambio, las aplicaciones foliares de primavera pueden favorecer la traslocación del calcio hacia la fruta recién cuajada, al reprimir la expresión del brote de primavera.
Por otro lado, un estrés hídrico durante las primeras fases de desarrollo de la fruta puede aumentar la incidencia de desórdenes fisiológicos debido a que en cuaja hay una alta tasa transpiratoria y relación superficie/volumen, que desfavorecería la acumulación de suficiente calcio en la pulpa.
El ión acompañante también tiene una influencia en la absorción del calcio. Deprimen su absorción los cationes NH4+, K+ y Mg2+, mientras que el anión NO-3, seguido del Cl- y SO4-2 favorecen su absorción. Siendo así, también la fertilización el uso de inhibidores de nitrificación (DMPP) en primavera perjudicaría la absorción de calcio por la planta y la fruta, así como también el exceso de fertilización en base a potasio y magnesio en primavera.
Un resumen de las diferentes interacciones en el manejo productivo del palto se presenta en el Cuadro 3.
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